miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA VALL DE SANT MARÇAL / EL VALLE DE SANT MARÇAL

La ruta empieza en el Hotel San Bernat, a unos 7 km dirección al El Brull desde el pueblo de El Montseny. Se deja el coche en el aparcamiento del hotel y se coge la pista que sale a la derecha justo antes de llegar al hotel.
Unos 5 o 10 minutos después de empezar a caminar encontramos un castaño el tronco del cual ha ido adquiriendo una forma caprichosa que lo hace parecerse a un dragón y por eso se le conoce como El Drac. Seguimos la pista hacia arriba hasta que encontramos una señal de madera que indica a Les Illes, cogemos ese sendero que sale a la derecha de la pista y ya no lo vamos a dejar hasta llegar a El Fitó. El camino es serpenteante y oscilante, a veces sube y a veces baja pero siguiendo las señales, unas veces rosa fucsia otras tirando a naranja, según si el sol le da más o menos llegamos hasta El Fitó un mirador natural desde donde se admira una amplia panorámica de todo el valle, el camino no tiene pérdida ya que las señales están muy seguidas.
Desde el Fitó podemos bajar hasta el camping Les Illes desde donde se puede hacer una excursión hasta el turó Sant Marçal o retroceder hasta una intersercción que nos hemos dejado unos metros más atrás.
En esa intersección encontraremos una señal a la derecha que asciende hasta el Matagalls y una señal a la izquierda que va hacia Sant Bernat.
Cogeremos la dirección a Sant Bernat que es donde hemos dejado el coche. Seguimos con las señales fucsia presentes en los árboles y las piedras. Llega un momento que el camino se bifurca y hay señales a un lado y a otro, nosotros supusimos que ambos caminos terminarían en el mismo sitio pero siguiendo la lógica de la dirección del hotel cogimos el camino de la izquierda. A partir de aquí se han de seguir las señales todo el rato.
El camino se hace muy largo y en ocasiones hay exceso de señales lo que hizo que nos desorientásemos en un par de ocasiones y nos diera la sensación que estábamos perdidos, eso sumado a la espesura del bosque y la luz otoñal nos puso un poco nerviosos. Pero decidimos seguir las señales hasta que por fin vimos unos bancos y lo que parecía una fuente y decidimos bajar hasta ella y nos topamos con una quesería desde la cual ya es fácil llegar hasta el hotel porque hay un camino claramente señalizado.
En definitiva una ruta que nos iba a ocupar poco más de 1 hora y media se nos puso en 4 porque hicimos seguro mucho más de los 5 km que marcaba en un principio pero vale mucho la pena porque es un valle fantástico. Es una zona muy tupida lo que la hace apta para los meses de calor porque hay mucha sombra. No es una excursión adecuada para ir con niños muy pequeños ya que gran parte del recorrido es por sendero, en ocasiones muy poco pisado por lo que la naturaleza lo ha invadido además se ha de cruzar la riera varias veces.
Panorámica desde uno de los miradores naturales de la ruta

El Drac

La espesura del bosque

miércoles, 23 de septiembre de 2015

APARTAMENTOS DEL HOSTAL LOS ROSALES en Conil de la Frontera

En nuestra estancia en Cádiz nos hemos alojamos en unos apartamentos que se encuentran junto al Hostal Los Rosales y que los gestionan desde el mismo hostal. No tienen página web propia. Nosotros llegamos a ellos a través de la página Andalucia Sur , no entiendo la razón por la cual no se puede acceder a ellas a través de la página del Hostal serian mucho más visibles.
El apartamento/casa nos satisfizo al 100% ya que reunía todo lo que nosotros buscamos para una estancia tranquila.
La casita es sencilla pero esta muy limpia y cuidada y tiene todo lo necesario.
Tiene un salón comedor con cocina americana. En el salón hay un sofá y una mesa para cuatro personas además de una tele de pantalla plana. La cocina es pequeña pero muy correcta con todo lo necesario, puede que el menaje fuera un pelín escaso pero nosotros nos apañamos bien.
Desde el salón se accede al cuarto de baño y a las dos habitaciones, una de ellas con cama doble y la otra con dos camas.
Pero lo mejor es el porche techado donde si el tiempo acompaña uno puede relajarse a las horas de las comidas o tomar el sol. Hay mobiliario de jardín y hamacas. Además del porche la casa dispone de un jardín muy amplio donde se ubica la barbacoa. Un punto a su favor es también el acceso, nos toco una de las casas cuyo acceso era exclusivo para nosotros lo que dotaba al alojamiento de mucha intimidad.
Por último mencionar la agradable piscina de que dispone. Es compartida con los huespedes de las demás casas y del hostal pero eso a nosotros no nos importa.
Los apartamento se encuentran en la carretera al puerto pesquero a unos 5 km de Conil y muy cerca de las calas de Roche y de la Cala del Aceite. Es coche es necesario para cualquier desplazamiento.






jueves, 17 de septiembre de 2015

UN POQUITO DE CÁDIZ

Hacía tiempo que teníamos ganas de bajar hasta Cádiz. Hasta ahora no lo habíamos hecho porque está muy lejos y las niñas no llevan muy bien lo de viajar mucho rato en coche. Como el año pasado hicieron los viajes de verano bastante bien y como las cosas deben tender a mejorar, este año nos animamos y alquilamos una casita en Cádiz. Lástima que el comportamiento de los niños no sea regular y que lo que ha sucedido un año no tiene porque suceder o mejorar al siguiente. Pero estas niñas han tenido mala suerte que les ha tocado unos padres que les gustan conocer lugares nuevos así que al final de las vacaciones habíamos hecho 3800 km. no esta mal si tenemos en cuenta que el coche va para 14 años, que al conductor no le gusta conducir y que a la niña suele poseerla el demonio del cuando llegamos.
Así que nos plantamos en Cádiz, más concretamente en Conil de la Frontera a finales de agosto. Y menos mal que eran finales porque aquello aún estaba petao, ni imaginarme quiero como se debe poner aquello en pleno agosto.
Nos alojamos en unos apartamentos muy correctos gestionados por el Hostal Los Rosales, que se sitúa de camino al puerto pesquero de Conil y desde allí visitamos la zona comprendida entre Conil y Zahara de los Atúnes, además de acercarnos un día a Cádiz ciudad, en principio no entraba en los planes pero como los primeros días no hizo muy buen tiempo y al final decidimos alargar la estancia un día más pues tuvimos tiempo de hacer una visita.
Conil de la Frontera es un pueblo blanco a orillas del Atlántico bañado por la playa de los Bateles y la de la Fontanilla. La parte más animada del pueblo, la de calles estrechas y llenas de bares y tiendecitas se sitúa en la parte más cercana a la playa de los Bateles, que como muchas de las de Cádiz es un arenal extenso que cuando sopla el viento tiende a ser incómoda pero que paisajísticamente hablando no tiene parangón y desde donde se pueden divisar buenas puestas de sol.
En Conil se concentra gran parte de la actividad de la zona así que a pesar de ser encantador puede resultar un pelín agobiante en los momentos de mayor afluencia de público. A pesar de los pesares hay que visitar Conil si se va a la zona.
Calles de Conil de la Frontera

De camino a Caños de Meca resulta imprescindible acercarse al Cabo de Trafalgar y hacer caminando el trayecto que lo separa de la carretera principal. El paisaje es de postal.

Faro de Trafalgar, el día no acompañaba.

Pasamos por Caños de Meca pero no paramos, desde el coche se vislumbraba bastante ambientecillo, atravesamos el Pinar de la Braña en dirección Barbate y descubrimos que hacíendo una pequeña excursión de media hora desde el aparcamiento se llegaba a un mirador, del Tajo creo recordar que se llama, desde donde se divisa una vista espectacular de los acantilados de Barbate.

Pinar de la Breña

Acantilados de Barbate

Barbate nos pareció bastante prescindible pero comimos un arroz barbateño que nos dejó un muy buen sabor de boca.
Zahara de los Atúnes tiene mucho renombre, como pueblo se ve bastante enfocado al turismo con muchas tiendas y mucha oferta gastronómica, la playa espectacular, solo por darse un baño en esas aguas ya merece la pena acercarse. Me metí entre pecho y espalda un tartar de atún rojo que será difícil de olvidar.

Playa de Zahara de los Atúnes

Vejer de la Frontera fue quizá el pueblo con más encanto que vimos de la zona, un pueblo blanco muy cuidado que merece un paseo tranquilo para descubrir todos sus rincones, es un pecado ir por la zona y no pasar al menos una tarde/noche en Vejer de la Frontera, es uno de esos lugares al que se suele volver aunque se conozca la zona.
Vejer de la Frontera

Y por último Cádiz ciudad, sus barrios más típicos, es decir lo que no son ciudad moderna, recuerdan un poco a todos esos barrios marineros que se repiten por algunas otras ciudades españolas, pero el paseo por su malecón y acercarse a la playa de la Caleta la diferencian de cualquier otra.

Malecon y catedral de Cádiz

Mención a parte merecen las playas de Cádiz, nosotros estuvimos en las calas de Roche, obligatorio si sopla el levante porque es imposible estar en playas abiertas, también la cala del Aceite es una buena opción si sopla el viento, en la playa de Roche, a la que se llega después de pasar el faro y desde la urbanización que lleva el mismo nombre, vimos dos puestas de sol, totalmente diferentes una de la otra. Estuvimos también en la playa de Zahara de los Atúnes y no quisimos volver si pasar un dia en El Palmar, la playa de las playas. Quien va a Cádiz y no visita la playa de El Palmar, creo que nadie.
Playa del Palmar

Puesta de sol desde la Playa de Roche

Puesta de sol desde la Playa de Roche otro día