Muchos pensaran que estoy como una cabra pero me encantan estos días de frío. Claro que si viviese en algún lugar donde el frío es más duro igual no opinaba del mismo modo pero como vivo en un lugar donde el calor es más bien húmedo y se hace insoportable me decanto más por el frío. Y es que me encanta abrigarme y taparme hasta las orejas y sentir ese frescor en lo que queda libre de cara y que se me estire la piel y ponerme guantes y entrar a algún lugar y que se me empañen las gafas y ponerme el pijama y la bata cuando llego a casa y encender la estufa y taparme con la mantita a ver la tele y encoger el cuerpo y después relajarlo y me encanta estar delante de una chimenera y ese olor a pueblo que se respira en el campo los días de frío y el cielo azul después de los días de viento y las vistas claras y marcadas de los paisajes de los días soleados de invierno y que el aire tire las hojas de los arboles al suelo y poder pasear sin que se me pegue la camiseta en la espalda y ponerme las botas de montaña con calcetines gordos y dormir con calcetines y que desaparezcan en mitad de la noche sin saber como y que me abracen mientras duermo y la nieve aunque no la vea más que en la tele... y ahora me direis aquello de: como se nota que no te has quedado aislada en un pueblo de montaña ni en la carretera, como se nota que no se te ha estropeado la calefacción o que los días de frío donde tu vives son tres o cuatro al año, como se nota que has sentido los síntomas de la hipotermia, como se nota que el frío no te ha impedido hacer tu vida normal, como se nota que el termómetro no baja casi nunda de los 0 grados allá donde vives en fin que me gusta el frio porque vivo en Barcelona y no en Teruel, sino otro gallo me cantaría, estoy segura.
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