El viernes fuimos al teatro. Creo que hacía años que no iba. Escoger una obra de teatro es difícil, no solo por la calidad que pueda tener sino también por el precio, a mi parecer no es una actividad asequible, así que antes de ir miré un poco la prensa para ver que se decía y me decidí por esta obra del Lliure un teatro que creo que hace montajes interesantes.
La obra tiene como tema general el nacionalismo catalán tan de moda hoy día y gira alrededor de un periodista que hace el paso hacia la política con una clara tendencia independentista y con claras posibilidades de victoria en una elecciones inminentes.
El montaje es sencillo. El decorado lo conforman unos pocos elementos que van cambiando de lugar según en el escenario que nos encontremos, en la mayoría de ocasiones son los propios actores quienes se encargan. Algunas escenas vienen ayudadas por un montaje audiovisual.
El trabajo de los actores es correcto, más que correcto diriía yo, sobretoto la interpretación de Francesc Orella, por la cantidad de diálogo que tiene que interiorizar. La historia és ágil, mezcla tiempos diferentes con algun flashback, tiene algún golpe de efecto y algunos toques de humor.
En general es una obra recomandable aunque para mi gusto un pelín larga, entrar al teatro a las 20.30 horas sin saber que íbamos a salir dos horas y media más tarde y sin haber comido algo ni tomado un café, y con unas butacas que no son nada cómodas. La verdad salí un pelin cansada y hambrienta. Igual si hubiera tenido en cuenta la duración y me hubiera preparado y hubiera preparado el estomágo hubiese salido con una sensación más placentera.
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