Hace unos años un accidente aéreo costó la vida a un número importante de militares españoles. Se demostró que las condiciones del aparato no eran las adecuadas además de una serie de anomalías importantes en la gestión del asunto, incluido una identificación rápida y confusa de los cadáveres y una investigación desastrosa. El ministro de defensa del momento no sólo no dimitió sino que sigue como parlamentario en el congreso.
Hace unos años un barco lleno de combustible se hundió a pocos kilómetros de la costa gallega provocando la mayor catástrofe ecológica de nuestro país. El ministro del interior del momento, por entonces de recreo, ordenó alejar el barco de la costa en lugar de hacer lo que dictaba la lógica y llevarlo a puerto para evacuar el combustible lo antes posible. Tampoco dimitió nadie.
Hace unos años el mayor ataque terrorista golpeó a la sociedad española causando 200 muertos. El ministro del interior del momento no solo insistió en la autoría de ETA cuando ya todos sabiamos que el atentado no había sido cometido por ellos sino que mintió reiteradamente durante la investigación del asunto. Nunca dimitió y tuvo que ser su propio partido quien lo retirara de la palestra.
Hace unos días el ministro de justicia estuvo de caza con un juez que está en medio de una investigación para demostrar una trama de corrupción en el seno del partido de la opisición. Además de la reunión el ministro de justicia estaba cazando sin licencia. Muy mal por su parte no predicar con el ejemplo y dar pie a que se pueda conjeturar sobre la relación con dicho juez.
La diferencia: este ministro ha tardado muy pocos días en dimitir.
Los anteriores ministros eran de derechas, o de centro como a ellos les gusta llamarse, el actual es de izquierdas, o lo que aquí se considera izquierdas.
Presentadas las situaciones que cada uno haga la reflexión que crea oportuna. Lo que si se demuestra es que a veces no todos los políticos son iguales.
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